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Tomando en cuenta su paso por las Ligas Menores, Jesús Sánchez nunca ha sido un bateador que conecte demasiados jonrones. Aunque es un toletero de extrabases en general, su tope de cuadrangulares antes de llegar a Grandes Ligas fue de apenas 15 vuelacercas, impuesto en 2017 en Clase A de los Rays de Tampa Bay. Pero este año todo ha sido diferente para él en las Mayores con los Marlins de Miami.
Excluyendo el hecho de que acumula 10 bombazos en 37 compromisos en Triple-A, Sánchez tiene 12 jonrones en 53 juegos este año con el equipo grande de los Marlins. Algunas estadísticas que respaldan esa buena cantidad de estacazos de vuelta completa son su alto porcentaje de barrel (12.3) y su respetable promedio de velocidad de salida (89.8 MPH).
Aparte de todo esto, un hecho impresionante es que Sánchez, en promedio, está sacando la bola del parque cada 15.8 turnos legales al bate, una marca élite. Para que usted tenga una referencia, la media de todas las Grandes Ligas es de un jonrón por cada 26.7 viajes oficiales al plato.
De hecho, entre todos los bateadores calificados, solo hay 22 con ese promedio o uno mejor. En esa lista podemos encontrar, por ejemplo, a Fernando Tatís Jr., Shohei Ohtani, Bryce Harper, Aaron Judge, Miguel Sanó y Yordan Álvarez, quien tiene un promedio idéntico al de Sánchez (15.8 AB/HR).
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Definitivamente, todo parece indicar que Sánchez está desarrollando todo su poder para convertirse en una amenaza jonronera en el plato. Su problema, como ocurre con muchos sluggers, es su alta frecuencia de ponches, algo que debería arreglar el dominicano si quiere dar el paso al siguiente nivel.
Sánchez, sin incluir el juego del domingo, se ha ponchado en el 32.2 por ciento de sus apariciones (el promedio de las Grandes Ligas es 22 %). Cae por la vía del strikeout cada 2.8 turnos legales. Muestra de la tasa de ponches de Sánchez es que tiene nueve en sus últimos cuatro duelos (15 turnos). Su contacto (70.5 %), aunque no es desastroso, también es peor que el promedio: 73.8 por ciento.
Pero cuando tienes 23 años de edad, tienes mucho espacio para mejorar. A pesar de que hay trabajo por hacer y un diamante por pulir, lo más importante para los Marlins es que Jesús ha demostrado que puede ser un jugador de todos los días en las Mayores. A este punto, parece que unos ajustes podrían hacer la diferencia para el joven jardinero, quien debería tener un rol interesante en 2022.